Honduras es un país centroamericano fronterizo con Nicaragua, Guatemala y El Salvador, con una superficie de 112.090 km2 y una población en torno a los 7 millones de habitantes. Su población es muy joven, con un 39,8 % de menores de 15 años y su tasa de fecundidad se sitúa entre las más altas del mundo: 4 hijos por mujer en la zona urbana y 7 en la zona rural. La mayor parte de la población es mestiza. Sin embargo, existen varios grupos étnicos, principalmente una minoría indígena (10%) y una minoría negra (2%) que permanecen apartados y marginados.
Aunque la República de Honduras fue proclamada en 1838, hasta 1982 no se constituyó como república democrática con la celebración de las primeras elecciones libres. En octubre de 1998, el Huracán Mitch vino a destapar y agravar los numerosos problemas de este país desconocido y pobre. Todavía hoy, esta catástrofe está muy presente en la población y las condiciones de vida de la mayoría se han endurecido.
Se calcula que el 80% de la población vive en la pobreza y el 34% no tiene acceso a servicios sanitarios. La Seguridad Social solo cubre al 12% de la población activa. La pobreza y las pésimas condiciones de salubridad provocan que las tasas de mortalidad infantil sean muy elevadas (30 de cada mil nacidos vivos) y que las enfermedades más difundidas sean:
- Enfermedades nutricionales y del metabolismo: deficiencia de hierro y malnutrición crónica en un tercio de los niños menores de 5 años, infecciones intestinales, diabetes e hipertensión.
- Enfermedades respiratorias.
- Enfermedades transmisibles como la malaria, el dengue, tuberculosis y hepatitis A.
- El SIDA crece de forma alarmante y afecta ya al 1,8 % de la población
Otro de los graves problemas del país es la elevada tasa de desempleo que alcanza al 44% de la población económicamente activa. El problema afecta de modo especial a los dos núcleos urbanos más importantes del país: Tegucigalpa y San Pedro Sula, por la migración constante de personas del campo a la ciudad y la poca capacidad del mercado laboral para absorber esta fuerza de trabajo. El 70% de los desempleados son jóvenes entre 12 y 30 años lo que ha traído como consecuencia un aumento alarmante de la delincuencia juvenil en los últimos tiempos, cuestión que genera cada vez mayor preocupación social, tanto por su incremento cuantitativo, como por su progresiva peligrosidad cualitativa. En las calles los asaltos están a cada hora del día y, según el periódico El Heraldo de Honduras, su número ha aumentado en un 25% en 2011.
La agricultura de consumo interno (frijol, maíz y arroz) ha disminuido para dar paso, en las mejores tierras, a grandes extensiones de cultivos de exportación: banano y café, principalmente. Ambos, en manos de capitales extranjeros, suman más del 50% de las exportaciones.
La deforestación debido a los incendios por descuido, la quema para el uso agropecuario de los terrenos, el uso de la leña como energía o la actividad industrial, es otra amenaza al equilibrio ecológico del país.
El turismo, a pesar de la belleza de sus paisajes, apenas se ha desarrollado en Honduras.